06 agosto 2010

ACTITUD DOCENTE HACIA LA EVALUACION EDUCATIVA

Por: Wenceslao Verdugo Rojas
Revista Mexixana de Investigación Educativa COMIE
ISSN (Versión impresa): 1405-6666 México
http://www.redies.org/revista/ARTICULO_2.pdf

La presente ofrece parte de la manifestación de docentes de educación básica hacia la evaluación educativa, así como la opinión de expertos en relación con la forma en que se ha implementado, desarrollado y utilizado dicho recurso recientemente, en especial el Programa de Exámenes Bimestrales implementado por la Secretaría de Educación y Cultura del Estado de Sonora, iniciado durante el ciclo escolar 2005 – 2006, fortalecido al siguiente ciclo y finalizado en el periodo 2007 - 2008. Se aplicó una escala tipo Likert a dos mil profesores de primaria y secundaria y un guión de entrevista en línea a expertos en diferentes ramas de la educación. En los resultados se encontró polarización, pero convergencia en ciertas opiniones de sobre-evaluación a los alumnos y sub-utilización de resultados, descartando además factores como antigüedad, género o nivel de carrera como influyentes en la actitud docente hacia la evaluación.

Comentarios recurrentes que obligan a platicar en los pasillos de las escuelas como se ha deteriorado lentamente, pero a paso firme, el gusto por el saber académico o al menos el aparentar un poco de agrado por el estudio y el conocimiento, baste revisar los resultados de las pruebas estandarizadas que hubican a la población estudiantil dentro del segundo cuartil del logro en ciencias, en el caso particular de la Evaluación Nacional del Logro Académico de Centros Escolares ENLACE, clasificó al 85% de nuestros estudiantes con la calificación de logro insuficiente o elemental, mientras que la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes PISA, de la OCDE, colocó a nuestro país en el lugar 34 de 41 evaluados.

La evaluación educativa es una actividad necesaria que ha tomado mucha fuerza en los últimos años, se han diseñado e implementado diversas iniciativas de valoración de aprendizajes fundamentalmente en dos modalidades: interna y externa, siendo ambas complementarias y que necesariamente deben de coexistir, ya que si solo atendemos a la valoración externa se corre el riesgo de operar bajo indicadores posiblemente ajenos a la realidad educativa, mientras que por otra parte si solamente se consideran las evaluaciones internas pudieran presentarse justificaciones complacientes que desplacen los resultados.

El Estado de Sonora no ha sido la excepción y desarrolló un sistema de evaluación de resultados de estudiantes de educación básica interno que complementara al ya existente sistema externo. Este sistema de evaluación interna surgió como idea y se implementó sin tecnología adecuada durante el ciclo escolar 2005 – 2006 aplicando exámenes de todas las asignaturas desde segundo en primaria y de español y matemáticas en secundaria, capturando manualmente la información, fue durante el ciclo escolar 2006 – 2007 que el Programa de Exámenes Bimestrales adquirió nombre y evolucionó a un sistema más complejo con uso de lectores ópticos y que diseñaba, aplicaba y capturaba medio millón de exámenes cada bimestre, quizá demasiada información considerando los fenómenos internacionales de sobre evaluación y sub utilización de resultados, los cuales fueron motivo de que el programa finalizara solamente a dos años de su fortalecimiento.
Esta iniciativas de cambio, al igual que casi todas las actividades del ser humano, generalmente activan actitudes predispuestas de rechazo, como ha sucedido con otras evaluaciones externas internacionales, nacionales y locales, por ejemplo, cuando han iniciado diferentes el programa de evaluación, algunas escuelas cierran temporalmente sus puertas para que no se apliquen los exámenes.

La actitud docente no es la excepción a la generalidad antes mencionada, en tal sentido el presente estudio lleva dos intenciones, la primera conocer dicha actitud manifiesta por parte de la comunidad educativa y además ofrecer información que conduzca a la toma de decisiones fundamentada, al menos parcialmente, en la opinión docente.
Las preguntas de investigación, ¿Qué actitud manifiestan los docentes hacia la evaluación educativa? Los profesores manifiestan una actitud que va desde mala hasta indiferente hacia la evaluación educativa. ¿Cómo se relaciona las características docentes con la actitud docente hacia la evaluación educativa? Los profesores con mayor antigüedad manifiestan menor interés en la rendición de cuentas.

El objetivo conocer la actitud que manifiestan los docentes hacia la evaluación educativa. Conocer la opinión que de la actitud anterior manifiestan expertos en diferentes áreas de estudio de las ciencias de la educación.

Se han encontrado diferentes estudios que revisan por separado la actitud, docencia y evaluación educativa, pero no se ha podido localizar literatura en la que converjan estos dos constructor.

En términos generales las investigaciones de actitud coinciden en que el concepto de actitud es básico en los campos de psicología social y en la teoría de la personalidad a lo largo de su trayectoria profesional, los docentes adquieren experiencia y forman una red u organización de creencias características, entendiendo por creencia la predisposición a la acción, integrando un conjunto de creencias, relacionadas entre sí y organizadas en torno a un objeto o situación. Las formas que cada persona tiene de reaccionar ante cualquier situación son muy numerosas, pero son las formas comunes y uniformes las que revelan una actitud determinada.

Aún cuando en nuestro país la enseñanza – aprendizaje de la actitud solamente se realiza a través del currículo oculto, Sastre (1998) indica una tendencia que ha transitado desde una orientación metodológica centrada en la "obediencia a la autoridad docente" hacia otra, basada en "la cooperación entre iguales" y fundamenta el desarrollo de investigaciones que en los últimos tiempos pretenden determinar elementos que hagan susceptible para los individuos la comprensión de la "importancia vital de la moralidad".

Esto último de la moralidad viene porque se relaciona directamente la enseñanza de la actitud con la de los valores morales.

Según Morales (1999) son tres las respuestas a través de las cuales se manifiesta la actitud, las conductuales, afectivas y cognitivas.
Y es siguiendo este modelo que se desarrollará el presente estudio, valorando cada una de las formas de respuesta en torno a la actitud docente, considerando que las respuestas:

Conductuales: Son las que se conocen a través de los hechos, algunas manifestaciones de la actitud durante la implementación de diferentes sistemas de evaluación externa fueron de forma conductual polarizada, en el sentido de que como se mencionaba anteriormente se observaron casos de que miembros de la comunidad educativa cerraron escuelas para que no se aplicaran dichas exámenes, mientras que otros profesores fueron al otro extremo fueron al otro extremo de contestar ellos mismos los exámenes para dictar después las respuestas a los alumnos.

Afectivas: Son las que se conocen a través de comentarios por escrito o verbales, en el caso del programa de exámenes bimestrales se envían junto con el paquete de exámenes y hojas de respuesta, un formato que invita a participar con su informe y opinión, el cual se contesta por algunos docentes, quienes manifiestan su sentir acerca de la evaluación. En este estudio se aplicará una escala tipo Likert para conocer este componente actitudinal.

Cognitivas: Son las que se conocen por medio de instrumentos que valoren el domino de hechos y conocimientos, para lo que parte del instrumento mencionado en el párrafo anterior es relativo a este aspecto, además de que se realiza una entrevista a expertos en el tema.
Es claro que aún cuando la actitud se compone de las tres anteriores formas de respuesta, mantiene su carácter unitario, además que un componente puede surgir primero que otros o propiciar el surgimiento de otro de los elemento, por ejemplo, lo más habitual es que una actitud pueda surgir de forma afectiva para después pasar a ser una conducta, pero también puede ser que se aprenda algo y después asimilarlo como afectividad. En tal sentido no se ha encontró un punto de acuerdo en cuanto a que si las actitudes determinan nuestra conducta o si por el contrario nuestra conducta determina a nuestra actitud. Fishbein y Ajzen en su explicación denominada “probabilidad subjetiva y la deseabilidad subjetiva” se afirman que son las "creencias" los antecedentes de las actitudes, pues plantea que la actitud hacia un objeto es el producto de las creencias que la persona tiene hacia el mismo.

En todos los casos se puede presentar el fenómeno de ambivalencia actitutinal, que bien se pudiera llamar trivalencia actitudinal, es decir que se diga una cosa, se piense otra y se realice otra diferente, por ejemplo, 1. Afectivamente se puede sentir que la evaluación educativa es una pérdida de tiempo, mientras que 2. Cognitivamente se sabe que es una herramienta útil para la mejora de la calidad educativa a través de la retroalimentación, pero 3. Conductualmente aplicar los exámenes a los alumnos dictándoles las respuestas o engrapando las hojas de respuesta en el área del “tren de tiempo” para que no puedan ser leídas.
La habilidad del profesor para enseñar lo que sabe, ya que no basta con evaluar si el profesor domina lo que tiene que enseñar o las dinámicas de enseñanza a nivel teórico, es necesario revisar si su desempeño real dentro del aula es el adecuado para un buen desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje.

En cuanto a la interpretación de correlaciones más significativas, se encontró que los profesores con más alto nivel de estudios consideran que los exámenes estandarizados desmotivan a los alumnos, quizá debido a que perciben con mayor magnitud el estrés por la rigurosidad que exigen este tipo de evaluaciones, pero no hay que dejar por un lado la importancia en el desarrollo de competencias en la realización de exámenes estandarizados ya que los alumnos serán evaluados de esta forma durante casi toda su vida si continúan con su desarrollo académico o profesional.

Se encontró que entre mayor sea el grado que imparten los docentes desde primaria hasta secundaria aumenta también la idea de que los exámenes confunden al alumno, quizá debido a que en secundaria se presenta una mayor diversidad de perfiles docentes.
Los profesores que otorgan mayor puntuación del examen a la calificación no consideran que los exámenes confundan a los alumnos, quizá por este motivo le
dan mayor importancia al examen estandarizado.

La idea de que los exámenes confunden es mayor en los profesores que manifestaron que sus alumnos estudiaron una mayor cantidad del programa, lo que implica que posiblemente el conocimiento no estaba adecuadamente organizado en los exámenes o en los alumnos.

Por otra parte, los profesores con mayor grado de estudios manifestaron su inquietud por participar en la elaboración de reactivos para el Programa ExaBim, lo que implica interés y aceptación en la evaluación misma, para este punto se recomendó un esquema de capacitación de docentes interesados, captura de reactivos en línea y pago por reactivos a los docentes, con tres intenciones fundamentales: promover la aceptación de los sistemas de evaluación, actualizar a la planta docente de manera que estuvieran en condiciones de opinar informadamente de los resultados de evaluaciones regionales, nacionales e internacionales y por último descentralizar las oportunidades de capacitación y de mejora económica.

El refrán popular “el que nada sabe nada teme” se confirma en este estudio debido a que los docentes que lograron una mayor parte del Plan y Programas manifestaron sentirse nerviosos con la aplicación de los exámenes, quizá por que conocían la gran amplitud de contenidos.

Los docentes que consideran que los exámenes crean más interacción entre el estudiante y profesor son los que otorgan una mayor parte de la calificación al examen, quizá porque los alumnos se sienten mas motivados y comprometidos a obtener un mejor resultado tienden a plantear muchas mas dudas al profesor que si el examen careciera de importancia.

El Programa de Exámenes Bimestrales había ganado aceptación entre los docentes, considerando que durante el primer año del programa hubo grupos de maestros que cerraron escuelas para evitar ser evaluados, implicando que los profesores ya habían adecuado la forma de trabajar en sus grupos y modificado el esquema de evaluación y que deberán ahora de retomar sus anteriores metodologías.

9 comentarios:

  1. Resulto muy provechoso este articulo, ya que nos recuerda una vez mas la importancia de que los docentes sean evaluados desde distintas perspectivas, con miras a persivir si el esta realmente preparado para impartir su materia.

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  2. Me parece muy interesante este articulo,ahora si que como dicen:
    el que nada debe nada teme.
    Y : Cada quien sabe lo que tiene.
    Entonces si estamos realizando bien nuestra labor como docentes no hay de que preocuparnos.Al contrario se debe mostrar una buena actitud y colaborar con este tipo de evaluaciones de esta manera se obligara a los que no les ha caido el veinte a ponerse las pilas. Me llamo la atencion esta estrofa:
    La idea de que los exámenes confunden es mayor en los profesores que manifestaron que sus alumnos estudiaron una mayor cantidad del programa, lo que implica que posiblemente el conocimiento no estaba adecuadamente organizado en los exámenes o en los alumnos.
    Yo creo que mas bien el conocimiento no estaba adecuadamente organizado en los alumnos me doy cuenta que es la razon principal del temor a este tipo de evaluaciones .De lo contrario solo basta una sacudidita y nuestros alumnos estan mas que listos y preparados.
    Ya que como dicen:Lo que se aprende bien jamas se olvida.
    Gracias amiga por tu articulo.

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  3. Cuando entenderán que un examen no determina el conocimiento de cada educando.

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  4. la evaluacion de cada uno de ellos es necesaria y tambien tenemos diferentres medios para la evaluacion capacitense cada dia mas ya que esa capacitacion formara con calidad a nuestros alumnos

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  5. EL TEMA DE LA EVALUACION EN LOS ALUMNOS NO ES ALGO DETERMINANTE YA QUE NO PUEDE SER ALGO DEFINITIVO EXISTEN VARIAS ESTRATEGIAS PARA PODER SABER UNO COMO DOCENTE O EVALUADOR QUE TANTO SABE.

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  6. Si bien, un docente debe de tener una postura positiva a lo que se le presente, aunque también tiene derecho así como el alumno a decir sus incomodidades. A lo que voy es que para una evaluación de cada uno necesariamente se tiene que hacer con exámenes por que implica muchos detalles, es buena manera, pero creo que contribuye más a la memorización.

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  7. Es muy importante la actitud que tome el docente frente a las criticas que se le realicen en la evaluación, ya que determinara la aceptación de las mejoras sujeridas en la práctica docente.

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  8. Vaya que el tema de la evaluación es complejo, me gustaría agregar respecto a los exámenes en particular de primaria, que son los que he visto; ay ocasiones en que presentan instrucciones difíciles de comprender hasta para nosotros como docentes, pienso que eso debería cambiar ya que estos exámenes son impuestos y por esta razón se requiere que el profesor apoye mas al alumno, no porque no sepa, sino porque no comprende muchas veces la instrucción. Por último me gusto en donde se hace mención de que no basta con evaluar si el profesor domina lo que tiene que enseñar o las dinámicas de enseñanza a nivel teórico, es necesario revisar si su desempeño real dentro del aula es el adecuado para un buen desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje, ya que evidentemente es importante.

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  9. no creo que la inteligencia de un alumno se daba a un cierto porcentaje, no estoe tanto a favor de la evaluacion ya que juzga al alumno como un numero.
    deberian de proponer otros tipos de evaluacion donde el maestro se de cuenta de que tanto aprendio su alumno y como

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